La gonadotropina coriónica humana (HCG) es una de las hormonas más importantes de la gestación y su presencia en el cuerpo de la mujer es determinante para confirmar el embarazo. En la actualidad la síntesis de la HCG tiene otros usos, entre ellos favorecer al estimulación ovárica en los tratamientos de reproducción asistida o determinar la presencia de alteraciones cromosómicas en el feto.
¿Por qué es tan importante esta hormona?
La gonadotropina coriónica humana, también conocida por sus siglas HCG o como “la beta”, es una glucoproteína sintetizada en las células del sincitiotrofoblasto, que son las que más tarde formarán la placenta.
La HCG es una de las hormonas más importantes del embarazo junto con la progesterona, los estrógenos, la oxitocina y la prolactina. Únicamente aparece en la mujer cuando está embarazada y es la encargada de suprimir la menstruación y mantener la funcionalidad del cuerpo lúteo (el folículo tras la ovulación), como ente endocrino que estimula la secreción de progesterona y estrógenos durante el primer trimestre de embarazo. Gracias a la acción de la HCG el útero se reviste con una gruesa capa de vasos sanguíneos y capilares que sirven como protección y sujeción del embrión en sus primeras semanas de vida.
La gonadotropina coriónica humana también ayuda a repeler las células inmunitarias de la madre protegiendo al feto y, según algunos estudios, es la clave para establecer el vínculo para el desarrollo de la inmunotolerancia maternal que permite el desarrollo fetal en el endometrio.
Por último, la carga de HCG tiene algunos efectos “negativos” en el embarazo y su presencia se ha relacionado con los mareos y náuseas matinales comunes en las primeras semanas de gestación.
¿Cómo se detecta la HCG?
Los niveles de gonadotropina coriónica humana pueden medirse en la sangre o en la orina a partir del décimo día de la concepción. Su presencia en ambos entornos indica que hay embrión implantado, por lo que es la prueba más importante para confirmar el embarazo.
La cantidad de HCG en el cuerpo tiene una regulación muy bien definida y sus niveles aumentan rápidamente desde la semana 3 hasta la semana 10, que es el momento de máxima producción de esta hormona. Después ésta disminuye progresivamente hasta el momento del parto. Por eso la cantidad de HCG puede determinar de cuándo está embarazada la mujer o confirmar un embarazo múltiple.
La presencia anormal de gonadotropina coriónica humana también puede desvelar anomalías genéticas en el feto como síndrome de Down o algunas Trisomías. Por eso algunas pruebas de cribado prenatal como el triple screening analizan entre otras hormonas la HCG para determinan el riesgo del que el feto manifieste determinadas alteraciones cromosómicas. La prueba, aunque no es concluyente, tiene una sensibilidad diagnóstica de entre el 86% y el 90% de acierto.
Las pruebas para detectar HCG suelen estar vinculadas a un retraso menstrual en la mujer aunque en los tratamientos de reproducción asistida se realizan quince días después de la inseminación o transferencia embrionaria para confirmar un posible embarazo.
El uso de la HCG en los tratamientos de fertilidad
La HCG tiene unas funciones específicas dentro de los tratamientos de fertilidad. Descubre cuáles son sus usos y para qué sirven sus acciones.
Estimulante de la ovulación
La HCG tiene una composición y estructura química similar a la hormona luteizante (LH), responsable de la ovulación de manera natural. Algunos tratamientos de reproducción asistida utilizan esta hormona como estimulante del desarrollo ovárico e inductor de la ovulación.
La administración de HCG está recomendada en casi todos los tratamientos de fertilidad porque permite planificar y controlar el momento exacto en que se produce la ovulación. En estos casos la gonadotropina coriónica humana se inyecta entre 32-36 horas antes de la inseminación artificial o la punción ovárica (en los tratamientos de Fecundación In Vitro).
HCG y fertilidad masculina
La administración de HCG también puede utilizarse para estimular las células de Leydig, que son las encargadas de sintetizar la testosterona. Debido a esta característica, la gonadotropina coriónica humana puede ser utilizada en casos de hipogonadismo u otras alteraciones testiculares y endocrinas relacionadas con producción de testosterona.
Beneficios y problemas del uso de HCG
El uso de HCG en reproducción asistida permite saber con exactitud el momento de la ovulación aumentando las posibilidades de éxito del tratamiento de fertilidad. Su principal inconveniente es que, en algunos casos, la mujer puede desarrollar el Síndrome de Hiperestimulación Ovárica (SHO), una respuesta anormalmente elevada del ovario que produce muchos folículos maduros durante la ovulación.
Este síndrome aumenta el riesgo de embarazo múltiple y, aunque suele ser temporal y desaparecer con la menstruación, siempre es conveniente realizar un control mediante análisis de sangre y ecografías pélvicas.
De detectarse SHO se puede optar por cancelar el ciclo de reproducción asistida o congelar los ovocitos sobrantes para un tratamiento futuro. Aún así es especialmente importante que durante la administración de HCG la dosis se vaya ajustando en función de cada mujer evitando una hiperestimulación ovárica descontrolada.